Cariposa RD

Interesante

Lo que se sabe genéticamente sobre la herencia intelectual

Fayette Reynolds M.S.

Desde mi punto de vista, la genética es muy compleja y no tenemos ni un cuarto de idea de lo que sucede realmente cuando la biología se despliega y hace lo suyo.

Desde hace décadas hemos leído sobre distintos estudios que indican que los niños heredan la inteligencia por el lado de su madre, ya que ésta, está contenida en el cromosoma X y como todos dimos biología en el colegio, sabemos que las mujeres tenemos dos cromosomas X (lo cual amplía las posibilidades de transmitirlo) y los hombres tienen solo uno y lo acompaña el cromosoma Y.

Actualmente tenemos un conocimiento un poco más claro pues según diversos estudios la madre lo transmite en un mayor porcentaje con un 60% vs un 40% del padre.

Según los investigadores, si el padre transmite algunos de sus genes de inteligencia es probable que no se vean reflejados en el cerebro del bebé, es decir, que se desactiven, ya que solo podrían tener impacto si provienen del cromosoma femenino.

En los estudios se refleja que el cerebro tiene zonas con mayoría de células maternas y otras zonas que tienen sólo células paternas. Las células con genes de origen paterno se fueron acumulando en la zona del cerebro que tiene que ver con la alimentación, la supervivencia y el sexo, mientras que las células de origen materno se acumulaban en la zona cerebral del desarrollo del lenguaje, la inteligencia, el pensamiento y la planificación.

Pese a la transmisión de inteligencia de parte de la madre, el desarrollo cognitivo del niño tiene potencial de desarrollarse a través de los aditivos de valores, autonomía, la confianza y el vínculo emocional con que el niño o niña crece aportan irreversiblemente en su vida y, por ende, a sus comportamientos y respuestas. Dígase, que la madre también impacta por el tipo de vínculo que puede desarrollar con su hijo a muchos niveles: físico, emocional, psicológico y de paso, su entorno influirá en como explota ese conocimiento que tiene en su descarga genética.

Varias investigaciones en la Universidad de Carolina del Norte, entre otras muchas, hallaron quelos niños que desarrollan con éxito un apego seguro hacia sus madres son capaces de llevar a cabo juego simbólico de mayorcomplejidad. Además, son más constantes y tienen más tolerancia a la frustración.

El apego seguro ofrece las bases para que los niños crezcan confiando en sus posibilidades, afrontando los retos para esforzarse y resolver los problemas de su día a día. Las madres que proporcionan este apego seguro son también las que estimulan más y mejor a sus hijos para que puedan avanzar en su desarrollo cognitivo.

Si nos referimos a porcentajes, entre un 45 % y un 55 % de la inteligencia es transmitida a través de genes. Es decir, gran parte de la inteligencia (el 55 o 45 % restante) se desarrolla si las condiciones personales y familiares son las adecuadas.

El científico estadounidense Roberth Lehrke, en su publicación Sex Linkage of Intelligence, propone que, en el caso de los hombres, el cromosoma Y no tiene ningún aporte en la parte cognitiva. Es decir, un cromosoma Y junto con un cromosoma X “no inteligente” puede sufrir retrasos mentales. Por el contrario, junto con un cromosoma X “muy inteligente” se desarrolla el coeficiente intelectual.

Estudios revelan que los genes contienen una especie de etiqueta bioquímica que proporciona información y revelan si están activos o no. La observación señala, que esos genes se activan si vienen desde la madre y si es por vía paterna, no se activan. Así como otros genes se activan solo si vienen de parte del padre.

Hace poco tiempo, otro estudio de la Universidad de Ulm descubrió que el material genético implicado en el daño cerebral está estrechamente vinculado al cromosoma X. Además, señalaron que una de las evidencias de esto es el hecho de que las discapacidades mentales e intelectuales son un 30% más frecuentes en los hombres.

Dejar una respuesta