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Definamos exorcismo

Exorcismo​ es una práctica religiosa o espiritual que se realiza contra una fuerza maligna, utilizando diversos métodos con el fin de expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona, objeto o área que se encuentra poseída por la entidad maligna que controla al poseído.

Del griego antiguo: ἐξορκισμός, romanización: exorkismos, literalmente: «obligar mediante juramento, conjurar», es una antigua y particular forma de oración que hace un ministro ordenado de la Iglesia, en nombre de Jesucristo y por el poder que Jesucristo ha otorgado a su Iglesia para liberar del poder de Satanás a quien necesite ser exorcizado, por lo tanto no es oración personal sino de la Iglesia.

El objeto de la posesión puede ser una persona o animal, objetos e incluso lugares como pueblos o casas.

Existen dos tipos de exorcismos, el simple o el solemne, el simple se reza en el rito del bautismo solemne es un sacramental que sólo puede ser celebrado por un sacerdote con el permiso del obispo del lugar.

El obispo da permiso al sacerdote para cada caso o puede, con el permiso de la Santa Sede, formalmente otorgar a un sacerdote el oficio de exorcista. En ese caso el sacerdote está facultado para exorcizar y no necesita un permiso particular para cada caso.

Solo el exorcista con la debida licencia puede verificar la verdadera posesión diabólica. Es un proceso difícil en el que se deben descartar causas naturales.

Hay seis causas principales por las que se producen las posesiones demoníacas.

  1. Primera: La participación en ritos satánicos.
  2. Segunda: La consagración de un niño al demonio por parte de sus padres.
  3. Un pacto con Satanás para rendirle culto a cambio de bienes materiales.
  4. Los maleficios.
  5. Prácticas de llamamiento de espíritus tipo ouija o güija; u otros medios de adivinación; lo que implica el riesgo de que El Enemigo posea a la persona.
  6. La blasfemia continuada.

El Padre Amorth, exorcista de Roma, indica que hay un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización. Sin embargo, en este caso, se trata de plegarias de liberación, y no se deben llamar exorcismos. Sólo al sacerdote autorizado, además de al obispo competente, corresponde el nombre de exorcista.   

En algunas diócesis hay laicos que han sido preparados para el ministerio de liberación (no exorcismo) bajo la dirección de un sacerdote. La liberación es oración para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de exorcismo. Nadie debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia.

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