Según el budismo, el amor se caracteriza por la benevolencia y por la amabilidad. Amar, en el contexto budista, es por encima de todo estar ahí. Pero estar ahí no es fácil, se necesita entrenar y practicar constantemente.
«Si no estás presente ¿Cómo puedes amar? Es un arte, el arte de la meditación (porque muchas veces necesitas algo más que simple paciencia), meditar trae a tu vida la verdad de tu esencia, tu verdadera presencia al aquí y al ahora», Thich Nhat Hanh,
La pregunta que surge ¿Tienes tiempo para amar?, es algo que todos deberíamos aplicar a la hora de entablar una relación y en especial de darle un carácter más formal a la misma.
El amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad son la naturaleza misma de una persona iluminada. El amor bajo la doctrina budista tiene cuatro pilares:
Maitri (alegría-comprensión), el deseo de hacer a alguien feliz, la habilidad o capacidad para tarer alegría a la vida de esa persona.
Karuna (compasión-comprensión), el deseo de aliviar el dolor de alguien, y la habilidad o capacidad para hacerlo.
Tanto maitri como karuna son pilares que requieren comprender a la persona, observarla y estar presente para ella.
Mudita (disfrute mutuo), se trata de la alegría o disfrute de la relación interpersonal, ya sea amor romantico u otro.
Upeksha (ecuanimidad-libertad), ser ecuánime es ser calmado y mantener compostura y alcanzar la libertad manteniendo la calma.
Estos pilares y otros mandras de amor están contenidos en el libro «True Love» de Thich Nhat Hanh, en donde interpretamos que la expresión «estoy aquí para ti» tiene muchas formas de manifestarse, no necesariamente con palabras (un gesto, una acción, una reacción).
Thich Nhat Hanh dice “amar es reconocer al otro, ser amado es ser reconocido por el otro”. Según el maestro zen, reconocer la presencia del otro es algo que debemos hacer a diario. Puede ser tan sencillo como respirar profundamente un par de veces, para reunificar nuestra mente con nuestro cuerpo, y “volver” al momento presente, y luego caminar hacia nuestro ser querido, mirarlo o mirarla a los ojos y decir o expresar “se que estás aquí y me hace muy feliz”.
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