Qué difícil se hace cerrar ciclos y decirle adiós a uno de los espectáculos televisivos más grandes de los últimos tiempos, y cuidado! Juego de Tronos se convirtió en parte de la cultura popular y unió a miles y miles de fanáticos de distintas partes del mundo bajo un mismo sello #nosabesnadajonsnow
Una hazaña visual que se ve empañada con un final, no inesperado porque justo de esto nos llenó la serie en sus otras siete temporadas, sino más bien agridulce.
Desde mi punto de vista, el personaje de Jon Snow (Kit Harington) bien pudo quedarse muerto par de temporadas pasadas porque luego de regresar como el príncipe prometido, no hizo más que demostrar la falta de carácter y autoestima de este personaje.
La locura de Daenerys (Emilia Clarke), me pareció genial y desde siempre dejó ver esos rastros, en especial en las escenas donde siendo rompedora de cadenas, mataba a los tiranos de los pueblos que recorría en su afán de «liberar» a esos pueblos, para que estos le siguieran como reina, y ni mencionar la escena final de Khal Drogo. Así que lo de King´s Landing, solo fue la confirmación de lo que ya venía mostrando.
El personaje favorito de la mayoría, Tyrion Lannister (Peter Dinklage), al menos fue recatado en sus escenas finales, pero por un buen tiempo pasó de ser el divertido, pícado e inteligente enano, a ser el pelele de la madre de dragones, temeroso, traidor y mete pata.
Sansa (Sophie Turner), la verdadera jugadora y ganadora de la serie, desde el día uno dijo que quería ser reina y se le dio, a costa de traicionar a Jon y al mismo Tyrion, poniéndose frente el recién elegido Bran como la hermanita que lo quiere pero que no se arrodilla (se escudó en el pueblo, pero mentira, sabemos que siempre quiso ser la del mando), consiguió sus propósitos.
Arya (Maisie Williams) y su partida sin sentido hacia la nada…next.
Me quedé esperando al menos un golpe al ego del Gusano Gris (Jacob Anderson), que si bien fue fiel a su reina y estaba en depresión por Missandei, se pasó y por mucho con ciertas acciones.
Y nada diré de las muertes poéticas de Cersei (Lena Headey) en brazos de su amor Jamie (Nikolaj Coster-Waldau) vs Daenerys en los brazos de su amado Jon…más aburridasby simplonas imposibles!
Parece mentira y hasta irónico que Drogon, tuviera claro su arco de protección a su madre, el respeto a Jon pese a haberla asesinado y el odio al poder y ambición que generaba el trono…
Después de un festín de siete impecables temporadas, la octava y última entrega, siento nos quedó a deber. De GoT no se esperaba un final rosa, pero al menos mejor argumentado, desarrollado y con especial atención a los detalles, como las entregas previas. En cambio, fuimos testigos de baches, de líneas que contradecían escenas anteriores de temporadas tempranas, errores de edición y hasta vasos de café, botellas de agua y mano fantasma…
Dicho esto, cierro este ciclo esperando a Bloodmoon, la precuela que empezará a rodarse en las siguientes semanas y que estará ambientada en los hechos previos a este Juego de Tronos.
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